viernes, 28 de septiembre de 2012

domingo, 16 de septiembre de 2012

¿Dónde estábamos?

Nos pregunta Cospedal dónde estábamos hace nueve meses los que ahora protestamos contra los brutales recortes que su partido está haciendo para regalar nuestro dinero a los bancos que ellos mismos han arruinado. Y por una vez, tenemos que confesarlo, nos ha pillado. No recordamos dónde estábamos precisamente el 15 de diciembre.

Pero como no queremos dejar a la señora Cospedal con la incertidumbre de saber qué hacíamos hace tiempo, que parece ser un tema que le interesa, podemos contarle lo que hicimos hace once meses, que será por lo que sea pero lo recordamos muy bien. El 15 de octubre de 2011 los mismos que protestábamos ayer también estábamos en la calle, pidiéndole a quien ganara las elecciones que se celebrarían un mes después que no nos hiciera pagar una crisis que no habíamos provocado nosotros. Que no hiciera recortes en educación o en sanidad. Que no nos subiera los impuestos mientras los ricos siguen llevándoselo crudo gracias a sus chanchullos en paraísos fiscales. Y, por supuesto, que hiciera algo para luchar contra el paro.


Curiosamente, creemos que aunque Cospedal se haga la sorprendida ahora algo debió oír. No en vano su partido prometió precisamente eso. Nos aseguró que no habría recortes en educación y sanidad. Que los impuestos no sólo no subirían sino que bajarían. Que luchar contra el paro sería una prioridad. Todos recordamos a Rajoy decirnos que si Rubalcaba ganaba las elecciones veríamos recortes, subidas de impuestos y más paro, pero si ganaba el Partido Popular no pasaría nada de eso. Miles de personas creyeron a un hombre que dió su palabra en televisión y en horario de máxima audiencia de que con él no veríamos nada de eso.

Pero conocemos lo que vino después. Nada más llegar al poder, una subida del IRPF para castigar a los trabajadores. Meses después, una tremenda subida del IVA. Impuestos para la gente legal pero amnistías fiscales para que los defraudadores millonarios pudieran blanquear su dinero prácticamente gratis. Miles de millones de euros recortados en sanidad, obligando a los pensionistas a gastarse en sus medicinas el poco dinero que reciben. Otros tantos millones recortados en educación, masificando las aulas, eliminando becas y destruyendo la escuela pública a mayor gloria de los colegios privados en manos de amigos del PP. Y el paro no ha dejado de subir, ayudado por un gobierno que ni siquiera siente remordimientos al despedir bomberos forestales en uno de los años con más incendios que se recuerdan.

El Partido Popular no sólo no ha cumplido sus promesas, sino que ha hecho todo lo contrario de lo que dijo que haría. Las calles piden hoy lo mismo que pedían hace un año. Pero mientras hace un año Cospedal y sus compinches se aprovecharon de ese clamor popular para llegar al poder, ahora están molestos de que alguien siga empeñado en recordarles todas y cada una de sus mentiras. Los sentimos, señora Cospedal, tal vez no recordemos dónde estábamos hace nueve meses pero recordamos perfectamente lo que queríamos entonces, que es lo mismo que queremos ahora: que paguen la crisis los que la provocaron y no los trabajadores.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Goldfinger De Cospedal

Una de las noticias que más nos llamaron la atención ayer fue la propuesta de Cospedal de que los diputados regionales dejaran de cobrar un sueldo, así como de reducir su número de los 49 actuales a 25. Pasamos a analizar en detalle ambas propuestas.

En primer lugar, respecto a que los diputados dejen de cobrar un sueldo, no podemos menos que dar la razón a Cospedal en que uno no debería hacerse político para forrarse, si bien creemos que habría sido mucho más sincero ese gesto si lo hubiera realizado cuando tenía un sueldo de más de 300.000 euros, todos procedentes de dinero público. Igualmente creemos que aplicar recortes de sueldo a diputados es algo mucho más honrado que hacerlo a médicos y profesores, como ha venido haciendo su gobierno hasta ahora. Pero no deja de resultarnos llamativo el burdo engaño de intentar hacer creer a la opinión pública que éste es el mejor paso que podía dar la Junta para ahorrar.

Con las cifras en la mano descubrimos que en la actualidad mantener a los 49 diputados de nuestras Cortes nos cuesta aproximadamente 2,5 millones de euros al año. Es una cifra abultada, pero palidece al lado de los más de 10 millones anuales que se necesitan para pagar a los más de 200 altos cargos de la región (que, además, son sólo una pequeña parte de los cargos políticos de libre designación). Dicho de otro modo, actualmente estamos pagando más de cuatro veces más dinero a políticos elegidos por la señora Cospedal que a los políticos que hemos elegido nosotros con nuestros votos. Una vez que entre en vigor la propuesta de la presidenta, esto supondrá que los únicos políticos que cobren dinero público y se enriquezcan a nuestra costa sean los puestos a dedo y no los elegidos por nosotros. Que los políticos tengan derecho a lucrarse a nuestra costa es discutible, pero al menos sería un ejercicio de higiene democrática que fuéramos todos nosotros y no una sola señora los que decidiéramos qué políticos se pueden lucrar a nuestra costa.

En segundo lugar llama todavía más la atención la propuesta de reducir el número de diputados. Una vez establecido que estos diputados no cobrarán, entendemos que tanto dará tener 25 como 250, por lo que resulta un nuevo ataque a la democracia limitar el número de representantes que podemos tener en las cortes. Más teniendo en cuenta que, cuando hace apenas cuatro meses Cospedal aprobó aumentar el número de diputados de 49 a 53 se justificó en que aumentar el número de diputados suponía tener una ley "ponderada, equilibrada y austera porque no supone ningún incremento de gasto con relación a la ley anterior". De hecho Leandro Esteban, consejero del PP, también defendió esta reforma diciendo que "más democracia no es más dinero". Hace cuatro meses aumentar el número de diputados significaba más democracia y no iba a costar más dinero a los contribuyentes. Por lo tanto, reducir el número de diputados supondrá indiscutiblemente menos democracia y ningún ahorro.

Volviendo a los políticos nombrados a dedo de los que hablábamos antes, también nos resulta curioso que Cospedal, que empezó su mandato quitando 22 de los 243 altos cargos del gobierno de Barreda para presumir de austeridad (un gesto que en realidad sólo representó una tímida reducción del 9%) no sólo no haya vuelto a proponer reducir el número de este tipo de cargos sino que en los pasados meses ha seguido nombrando a dedo a más y más gente (seis en agosto, y más de ochenta en julio). Estas designaciones, unidas al despido de cientos de trabajadores interinos que habían accedido a su puesto tras una oposición y no por enchufe, junto al reciente aviso de dejar sin sueldo a los cargos electos nos hacen pensar que Cospedal no busca ahorrar ni aplicar ningún tipo de austeridad, sino que simplemente debe creer que los únicos que tienen derecho a cobrar un sueldo público en España son los que ella vaya tocando con el dedo. ¿Tendrá complejo de Rey Midas?

sábado, 1 de septiembre de 2012

¡No más IVA!

"No más IVA". Es un clamor que recorre España de arriba abajo y de abajo arriba. La subida del IVA es un disparate. Es insolidaria, injusta, contraproducente y además ineficaz. Es un sablazo de mal gobernante a los ciudadanos que ya están pagando muy duramente la crisis.

El "no" más rotundo y más firme a la subida del IVA. Un "no" por ser perjudicial para la crisis económica y para la recuperación del empleo en España. Un "no" por ser ineficaz y un "no" por ser injusto, profundamente injusto. Un impuesto que grava a las rentas más bajas. Un impuesto sobre las familias que tienen más miembros a su cargo. Un impuesto, en definitiva, el más injusto de los impuestos que pagan proporcionalmente los que menos renta tienen.

La subida del IVA afecta fundamentalmente a pensionistas y parados. Por una razón: porque las personas que están cobrando una pensión o están en el paro recibiendo una cantidad pequeña dedican la totalidad de sus ingresos al consumo.

Por lo tanto, no más IVA. ¡NO MÁS IVA!